De la destrucción a la creación 

PROVO : Larga y detallada historia de una revuelta lúdica 

Paola Martínez Infante

¿Qué pasó en la ejemplar Holanda de los 60? ¿Qué viento de rabia sopló en el país de los molinos? ¿Qué agitación dormía en el corazón del tranquilo reino florido de tulipanes?

Se puede afirmar que hay una constante en los movimientos sociales o culturales del siglo pasado y también del XXI: ROMPER. Romper con todo, con el orden establecido, desafiar al status quo. Salir del conformismo y buscar alternativas, pues lo ya conocido es considerado un fracaso,  una injusticia o un modelo obsoleto que necesita un remezón. Se esbozan otras muchas razones de expresar su justa rabia. Se organizan acciones para alzar la voz, buscar cómplices de lucha. Incluso en un contexto donde en apariencia todo funciona, la necesidad de un aire nuevo es dominante.

Entre 1965 y 1967, nació en los Países Bajos un nuevo movimiento de protesta, PROVO, un grupo librepensador con tendencias anarquistas que combinaba el happening, las intervenciones artísticas y la lucha política. PROVO, acrónimo de PRO-VO-CACIÓN. PROVOcadores apareció por la prensa y los comentaristas y tuvo un tremendo éxito.

Bajo esta etiqueta se trataba de agrupar a los jóvenes con ganas de fustigar al sistema mediante una combinación de humor absurdo y agresividad “no-violenta”, que tomaron como principales influencias el arte dadaísta. El provo se identificó con el color blanco que evocaba pureza, inocencia y que inspiró, posteriormente, los famosos planes blancos.


La provocación no resuelve los problemas, pero obliga a que las soluciones se manifiesten, haciéndolas imposibles de esperar por más tiempo.
— Rudolf De Jong

 

Oficialmente fue fundado en Ámsterdam en 1965 por Roel van Duyn (1942), activista antifascista, anti-estalinista, antinuclear, abogado; y Rudolf de Jong, un anarquista ya conocido en los Países Bajos (1946-2001). Además de otro personaje atípico que desde el principio de la década, canalizaba toda la atención en otros terrenos, pero que se unió al grupito un poco después.

En el Ámsterdam de los sesenta, ya se venían produciendo, ciertas acciones “sit-in”  y todo tipo de fiestas dionisíacas, orquestadas por Jaspar Grootveld, un activista ecologista de vanguardia  que daba que hablar. Una mezcla de excéntrico revolucionario, mago antitabaco y showman vudú, que un día decidió disfrazarse de clown para bufonear a las autoridades holandesas.

 

Jaspar Grootveld, en mago antitabaco

En el verano de 1964, Jaspar, empezó a desarrollar happenings en torno al tema del consumidor alienado del mañana. La performance tenía lugar, todos los sábados a medianoche, en el Spui (el eje central de la ciudad) frente al Lieverdje, el "picaruelo", (una estatua de bronce del artista Carel Kneulman creada en 1960). La acción duraba aproximadamente una hora y a menudo terminaba con el artista detenido por la policía. 

El activismo de Grootveld se centraban en la lucha contra el tabaquismo, pero también la contaminación y la alternativa de un estilo de vida más saludable.

Se cuenta que un día de 1965, durante una performance frente a la pequeña estatua, Jaspar invitó a los 200 espectadores a toser con el corazón para concienciar sobre los efectos nocivos del tabaco. Se le unió un pequeño grupo, los provos (unos diez). Con su llegada y participación al evento artístico se le sumó el aspecto político y social a las acciones que ya se desarrollaban en la plaza Spui. A partir de ese momento, el lugar fue convirtiéndose en el ágora de Ámsterdam, el epicentro de los activistas donde paseaban, jugaban y expresaban su espíritu contestatario.

Acción Provo en la estatua de Lieverdje, el "picaruelo".

Los PROVO eran agitadores locales, un núcleo original de un puñado de amigos. Una mezcla de clases medias y trabajadoras, estudiantes y jóvenes, personas que vivían en pareja con o sin hijos; heterosexuales y homosexuales, de todas edades y sobretodo una red masculina.

Durante sus dos años de existencia, nuevos activistas iban y venían. Es difícil medir cuantitativamente lo que representó en número. En el verano de 1965, a sus orígenes, sólo existía el grupo de Ámsterdam, mientras que un año más tarde había redes en una veintena de ciudades de los Países Bajos y Bélgica, con unos cuarenta miembros periódicos, alcanzando hasta unos cien o más activos.

 

Rob Stolk, Roel van Duijn y Robert Jasper Grootveld salen de la comisaría de policía de Ámsterdam, 14-8-1965 (Archivos Nacionales)

Contracultura lúdica, el deseo de vivir de otra manera

Sus acciones tenían como base una cultura basada en el juego y la ironía, por un lado, y las corrientes políticas, por otro.

Exhortaban a un rechazo de las reglas dictadas por la sociedad industrial, querían alcanzar el progreso social de la nación por métodos alternativos donde el potencial creativo de cada individuo pudiera ejercerse en una especie de revolución permanente del juego.

Se trataba de hacer de éste, la actividad humana esencial en detrimento del trabajo y desarrollar el concepto de homo ludens, difundiendo una suerte de anarquismo carnavalesco,  absurdo que utilizaba tácticas provocativas, humor y acción directa para alterar las normas culturales.

El movimiento inconformista sedujo con sus "happenings" de antiarte moderno, electrizando, e interpelando a la juventud que padecía, según los testimonios de la época, de un aburrimiento latente. Unos jóvenes citadinos, que al parecer, buscaban desesperadamente salir del sopor en una sociedad presa del auge del consumismo, estática en sus estructuras políticas y culturales; con unas clases sociales ultra marcadas, protestantes, católicos, socialistas y liberales  que defendían la jerarquía social, religiosa y política; y el orden existente.

En este contexto PROVO se instala en el paisaje de la contracultura holandesa, dando una patada en el hormiguero, desafiando ese orden letárgico, marcado de puritanismo.

Lejos de la lucha de clases, según Provo, había un primer grupo formado por el pueblo-consumidor, y un segundo grupo con el germen de la revuelta: el “provotariado”, formado por estudiantes, artistas, beatniks y outsiders.

Se aspiraba a un ideal de individuo rebelde, con una impronta diferente de la de los  anarquistas franceses, italianos y españoles que pensaban en el mundo a través de clásicas cercas ideológicas: lograr la revolución y superar la división de la sociedad en clases; mientras que los provos le daban importancia a la provocación y la ironía, la mistificación y lo lúdico que nunca fueron actos gratuitos, sino el resultado de un profundo sentimiento ético: despertar la conciencia.


El arte estaba intrínsecamente ligado al movimiento. Sus esperanzas las imprimían en sus periódicos, carteles, folletos, grafitis, además de los happenings, que representaban el clímax de sus acciones.

Desarrollaron un sociolecto - un lenguaje deliberadamente mistificador, lleno de palabras inventadas, expresiones. Aunque no tenían una estrategia mediática, eran conscientes de la inmensa importancia de la imagen.

Provo está en contra del capitalismo, el comunismo, el fascismo, la burocracia, el militarismo, el esnobismo, el profesionalismo, el dogmatismo y el autoritarismo.

 ¡¡¡¡Provo es para anarquistas, provocadores, cuadristas, agitadores, carceleros, magos, pacifistas, analfabetos, marginales, sindicalistas, pirómanos, ladrones, aprendices, abominables muñecos de nieve, cabecillas, miembros del BVD y otros criminales!!!!

El primer número de la revista Provo se publicó el 25 de mayo de 1965.

 

El primer número de la revista Provo se publicó el 25 de mayo de 1965 y fue inmediatamente confiscado y catalogado como "panfleto incendiario". La revista, otras publicaciones, folletos y fotos de este movimiento de protesta se conservan en el International Institute of Social History de los Países Bajos.

El periódico-panfleto y sus publicaciones periódicas #PROVO tuvieron un tiraje total estimado a unos 2.500 ejemplares en 1965, 35.000 en 1966 y 90.000 en 1967, principalmente en los Países Bajos y Bélgica.

Para amplificar la difusión de su ideales, participaron en debates, en escuelas, teatros, en la radio y en la televisión. Contribuyeron con su mirada a exposiciones fotográficas que denunciaban el comportamiento de la policía y la justicia.

Filosofía blanca

La doctrina “provo” fue bautizada como “Filosofía Blanca”, que consistía en los llamados Planes Blancos.

El primero de ellos y el más conocido fue el Plan Blanco de Bicicletas, todo un éxito en la capital mundial de la bici. Algunas de las razones que lo gatillaron fueron los peligros a los cuales los ciclistas estaban expuestos en las carreteras, y aún más las muertes en aumento por accidentes de tráfico. Frente a esta situación, había que liberarse del monstruo motorizado y además de denunciar la contaminación provocada por éste, junto con la mala calidad del servicio de transporte público de Ámsterdam.

La primera bici fue lanzada ante público y prensa el miércoles 28 de julio 1965 a las 3pm junto a la estatua Het Lieverdje en la plaza Spui.

Para ellos, la bicicleta blanca es anarquista, una PROVOcación contra el capitalismo y su propiedad privada. Un símbolo de simplicidad en contraste con la tiranía del automóvil.

Del concepto a la acción, los provos tenían que agitar a la sociedad, ¿Cómo? invadiendo las calles de la ciudad con miles de bicis pintadas de color blanco. Circulando en dirección contraria, deteniéndose en medio de las calles o, simplemente, tirándolas a la vía. De esta manera consiguieron colapsar completamente el tráfico. La policía siempre llegaba y disolvía el grupo. En general eran manifestaciones pacificas que después se convirtieron en un juego de caza, los policías usaban el mazo y los ciclistas respondían lanzándoles los timbres de las bicis.

El éxito de este plan fue incontestable: Holanda entera quedó impresionada y las imágenes dieron la vuelta a medio mundo.

Los planes blancos fueron una parte de sus acciones, pues la primera gran lucha de los “provos” persiguió la legalización de la marihuana, con el fin tratar el tema y de evidenciar la ignorancia respecto al consumo de cannabis. Para ello, inventaron el “MARIHUETTEGAME”, un juego sencillo y transgresor. Los participantes debían pagar una pequeña contribución por participar, y el ganador de la suma total sería aquel que lograra acumular más detenciones por consumo de cannabis. Las aportaciones de los jóvenes fueron tan numerosas que se formó un gran despelote; de este modo, muchos de ellos tenían verdadero interés por fumar marihuana descaradamente para lograr la detención y optar así a la jugosa recompensa económica.

Otros planes blancos fueron:

  • Plan Blanco de Chimeneas, dirigido a pintar de blanco aquellas fábricas y casas que emitieran más humo del tolerable.

  • Plan Blanco para Mujeres: asistencia médica y farmacéutica gratuita.

  • Plan blanco de policías : para hacer de los policías trabajadores sociales.

  • Plan niñas blancas: generalizar la educación sexual a partir de la adolescencia.

Radicalismo coyuntural 

Los provos se manifestaron en lugares públicos y en las calles, utilizando pintadas y distribuyendo folletos y periódicos salpicados de textos irónicos y caricaturas políticas. Lanzando bicicletas al aire. Hasta ese momento sus acciones si bien conocidas no habían tenido un impacto mayor.

Es en junio de 1965 cuando la familia real anuncia el noviazgo de la princesa Beatrix con el alemán Claus Von Amsberg, un antiguo nazi que no manifestaba ningún arrepentimiento por su pasado. La indignación gana terreno y se transforma en una campaña anti-monarquía y anti-nazi.  Así el primer número de su periódico-panfleto “Provokatie”  aparece en los muros.

Los Provos manifiestan, la policía reprime, las matracas se desatan marcando a la opinión publica. El movimiento se amplifica.

Junio de 1965, los “provos” se revelan contra el noviazgo de la princesa Beatriz con Claus Von Amsberg, un antiguo ex soldado alemán nazi. ©Getty - Ullstein bild

El 10 de marzo de 1966 la princesa Beatriz de Holanda y Claus von Amsberg se daban el "sí quiero" en Ámsterdam. Pero el que debía ser para los controvertidos novios uno de los días más felices fue perturbado por las protestas en la calle. Ese día se confirmó el mito de Provo, pues fue una oportunidad para desmitificar a las autoridades jugando con ellas, a la escolta nupcial les lanzaban todo tipo de objetos, hasta una bicicleta.

Este renovado interés mediático contribuyó a amplificar la imagen de Provo como una gran red revolucionaria muy unida, con ideas claras sobre la sociedad holandesa que hasta ese momento la realidad contradecía.

Tres meses después de las protestas por el matrimonio real, el 13 de junio estalló nuevamente en Ámsterdam, una revuelta que desmanteló el centro histórico durante varios días. La causa de esta repentina explosión en la calle: el descontento de trabajadores de la construcción no sindicados, que se oponían a una deducción del 2% de sus pagas de vacaciones para cubrir gastos administrativos.

Los quioscos fueron saqueados, escaparates, adoquines, coches incendiados y policías apedreados. Las tensiones con la policía alcanzaron su punto máximo.

Este conflicto social se convirtió en una protesta más general que recorrió la ciudad y que involucró también a los jóvenes. El movimiento social abrazó al movimiento cultural. 

Las protestas duraron cuatro días, el país estaba en estado de choc, pues el estallido de violencia desentonaba con la imagen del país tranquilo, respetuoso de las instituciones, los sindicatos. Decenas de personas resultaron heridas y, un trabajador de la construcción murió durante una manifestación.  El jefe de la policía fue destituido.

 

Los Provos fueron designados como el enemigo número UNO del orden existente. Obtuvieron una notoriedad internacional, los venían a visitar de otros países, pero ellos vacilan. Su éxito repentino los sumerge, no están preparados para ir más lejos. El entusiasmo empieza a enfriarse.

Fin  de los provos

La tribu desapareció formalmente en junio de 1968, coincidiendo con el pesimismo generado por la represión ejercida por las autoridades soviéticas, francesas, estadounidenses y latinoamericanas frente a los movimientos revolucionarios iniciados esa misma primavera.  

Provo puede considerarse una galaxia contestataria compleja en varios aspectos: fue tanto una expresión política que se desarrolló a partir de organizaciones políticas como una expresión cultural. Un grupo que representaba un estilo de vida, que avanzaba en la búsqueda de lo desconocido y lo irracional, en oposición a los estrictos valores la cultura imperante y los límites bien definidos por una sociedad bien conservadora. Sus acciones tuvieron un gran impacto en aquélla sociedad particularmente compartimentada. Fue un movimiento efímero pero influyente, corroborando el hecho que desde ese caos repentino, se generó un movimiento de creación que iba a cambiar radicalmente la fisonomía de la cultura holandesa que décadas mas tarde se convertiría en una sociedad dinámica y liberal.

El espíritu provo no ha desaparecido, cualquiera que pasee por las céntricas calles de Ámsterdam y observe una ciudad en la que se circula en bicicleta y en la que es posible fumar hierba en sus famosos coffee-shops, quizás esté siendo testigo del deseo de vivir de otra manera como resultado de una lucha social iniciada con frescura y sentido del humor, hace ya más de setenta años.


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