El caos no es tan caótico

EL CAOS escrito sobre una imagen de personas caminando por la calle.

Cada trimestre, en AmorAlCaos trataremos un tema que sea transversal a nuestras publicaciones. A modo de inauguración, navegamos el concepto que está en el corazón de quienes somos: el caos.


Caos, del griego xàoç, ‘vacío que ocupa un hueco”, y que a su vez viene del verbo xaiva, ‘abrirse de par en par’.

Primero fue el caos. Así empiezan la mayoría de los mitos de la creación, que afirman que lo primero que hubo fue desorden y vacío. 

Ese fue el estado primitivo de la existencia del que surgieron los primeros dioses. Partiendo de la premisa que en el origen para que existiera concordia y armonía era necesario gestionar el caos, la complejidad, el conflicto y de esta manera buscar un equilibrio razonable y duradero, para alcanzar el cosmos, el “orden”. El universo, un sistema ordenado, armonioso, en consecuencia, la antítesis del caos. 

Caos y orden, ambos conceptos antagonistas, coexisten en perpetua tensión y colisión, generando chispas como turbinas que dan origen a la vida. Esa idea de que el caos es un desorden insostenible que nos sumerge en un trance o más bien en un pozo profundo del cual no podemos salir, ha marcado nuestra existencia tanto colectiva como individualmente.  

En lo astronómico, lo que mejor representa lo vertiginoso del vacío y la incertidumbre son los agujeros negros, estrellas muertas que están constantemente colapsando sobre sí mismas y que atraen de todo hacia ellos, incluso la luz, por lo que no pueden ser vistos por sí mismos. La manera en que podemos saber si hay agujeros negros es viendo lo que hay alrededor de ellos, lo que tiende hacia ese punto.

Consideremos esto como un reto vital y práctico que se puede abordar desde múltiples rincones. Lo podemos pensar como un espacio donde todo se enmaraña, una materia amorfa donde no surgen reglas, donde nada tiene ni pies ni cabeza. Navegar por esas tierras de nadie, donde se desmorona el orden y en consecuencia la brújula se dispara perdiendo su norte.

Pero, aunque la desesperación nos embargue y alcanzar la luz que vislumbramos desde el fondo del pozo parezca una epopeya "homeriana", de este caos nace la oportunidad de sacudirnos, de dar un giro completo, de resetear el sistema. Fluyendo en ese sutil balanceo existencial entre las fuerzas del orden y del desorden, en ese frágil equilibrio oscilante entre el azar y la determinación, donde es preferible repetir como un mantra y manteniendo siempre presente la convicción de que cada acto constructivo implica inevitablemente un acto destructivo, y viceversa. O, volviendo a la perspectiva original, enderezarnos una vez más. Dentro de los posibles.

A través de las crónicas de esta publicación, les proponemos navegar la incertidumbre. Les invitamos a revisar algunos temas que podemos distinguir en momentos de caos, que describen de qué se trata el desorden y cómo puede surgir un orden nuevo. Que sea con la muerte, las catástrofes, las plagas, las mariposas, los selfies, los conflictos sociales, la creación cultural, los edificios, los misterios; quisimos explorar la línea que describe este vacío, que tal como un agujero negro, en realidad está lleno de energía. 

He aquí una invitación a perderse en historias que nacen desde el caos o terminan en él. Navega nuestras historias con nosotrxs.

A y P Equipo editorial de AmorAlCaos.

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